El Peligro de la Manipulación: Pactar una Palabra
Mucho se ha visto en diversos movimientos la “enseñanza” de “pactar”. En esta serie de artículos relacionados a este tema estaré cubriendo esta enseñanza desde tres formas en la que se enseña: 1. Pactar una Palabra, 2. Pactar con una persona y 3. Pactar con Dios.
En primer lugar, estaremos viendo cuan real es poder “pactar” una palabra profética predicada desde una plataforma. Muchos movimientos enseñan que “Podemos pactar con dinero, con nuestras vidas, con casas, con autos, etc. Pero ¿Qué tan bíblica es esta enseñanza? ¿Qué tan real es que podamos “pactar” una palabra y que se cumpla? Incluso, ¿Esta correctamente practicar esta enseñanza con relación al Nuevo Pacto?
Hace algún tiempo estuve participando de esta enseñanza enfocada en el intercambio. Fui a algunas congregaciones donde veía las personas levantarse y llevar dinero a los pies del predicador. Comencé a estudiarla basado en los libros de quienes lo practican y no bajo las enseñanzas del Nuevo Pacto. Y me convertí en participe de la misma.
Tenemos que cuidarnos de no caer en uno de los errores principales al momento de estudiar una doctrina, movimiento, dogma o enseñanza. No debemos comenzar por ir a la librería y comprar el ultimo libro de “Como pactar correctamente” sino ir a las enseñanzas y al corazón mismo del Nuevo Pacto.
Para nosotros poder entender e interpretar bien este tema, es importante que comprendamos la naturaleza de tres temas importantes: ¿Qué es la Palabra?, ¿Qué es la profecía? Y ¿Qué es un Pacto?
Simón y la compra de lo espiritual
Estando yo en aquella fogosa predicación, vi como muchos al sentir que la “palabra profética” era para ellos, se levantaban con grandes cantidades de dinero para “Pactar una Palabra”. Mientras más emotiva era la “profecía” más alta era la suma de dinero que se ponían al pie del predicador.
“En otras palabras(pactar), es comprar una verdad espiritual con dinero terrenal, para obtener una ganancia personal.” Pastor Alex Strubbe
¿Cuál es la mentalidad detrás de todo esto? Intercambio. “Si yo pacto una palabra, ésta se manifestará en mi vida” En otras palabras, es comprar una verdad espiritual con dinero terrenal, para obtener una ganancia personal. Esto, es prostituir la “palabra”. Es comprarla para que ella haga lo que yo deseo que haga y no para que cumpla el propósito para lo que fue enviada.
Esta práctica no es nueva, ni exclusiva de la “Reforma Apostólica. Desde hace mucho tiempo existe un término para esta práctica y se llama “simonía”. La simonía es la pretensión de la compra o venta de lo espiritual por medio de bienes materiales. En otras palabras, es el intento de comprar con cosas visibles y pasajeras, las cosas invisibles y eternas.
En el libros de los Hechos se encuentra el relato de lo sucedido cuando Simón, un recién bautizado, vio la manifestación de las cosas espirituales.
“Cuando Simón vio que el Espíritu se recibía cuando los apóstoles imponían sus manos sobre la gente, les ofreció dinero para comprar ese poder. —Déjenme tener este poder también —exclamó—, para que, cuando yo imponga mis manos sobre las personas, ¡reciban el Espíritu Santo! Pedro le respondió: —¡Que tu dinero se destruya junto contigo por pensar que es posible comprar el don de Dios!” Hch 8.18–20 NTV
Simón pensó que la manifestación visible del Reino podía comprarse con dinero. Pero, que interesante es la verdad espiritual a la que los discípulos son enfáticos: “el dinero no puede comprar el don de Dios.”
Más interesante es cuando entendemos que la palabra usada para “don de Dios” no es “carismas” sino “dōrea” que significa regalo y viene del concepto de una “propiedad que ha sido transferida”. Es la misma palabra que se usa en Jn 4.10 RV60: “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.” (énfasis mio)
“En otras palabras, las verdades espirituales en el Nuevo Pacto son una propiedad transferida y no una propiedad que está a la venta.”
Como creyentes debemos tener esto claro. En el Nuevo Pacto nosotros somos receptores y no compradores. Intentar comprar algo espiritual es tener el mismo corazón que dominó a Simón. Mira como lo entienden los discípulos al contestarle a Simón:
“Tú no tienes parte ni derecho en esto porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete de tu maldad y ora al Señor. Tal vez él perdone tus malos pensamientos, 23 porque puedo ver que estás lleno de una profunda envidia y que el pecado te tiene cautivo. Hch 8.21–23 NTV
“En el Nuevo Pacto nosotros somos receptores y no compradores.”
Es tiempo de sacar a la luz la “simonía apostólica” y comenzar una verdadera reforma a la luz del Nuevo Pacto. Dejar de “vender” oraciones a cambio de bendición, dejar la venta de “indulgencias” a cambio de una aportación para mantener el funcionamiento de un programa radial o de televisión.
La Palabra
La centralización de esta práctica no está basada en lo que desea Dios para mi vida, sino en lo que yo anhelo para mi vida. Usualmente las “profecías” están relacionadas con “grandes negocios”, “grandes inversiones”, “grandes ministerios”, “Grandes Iglesias”, etc. Todas grandes, prosperas, bendecidas cosas que no tienen nada de inherencia en el verdadero propósito eterno de Dios. No es que no sean importantes o dejen de cumplirse, pero no se les puede poner un precio.
Estos “ofrecimientos” son el perfecto anzuelo para cometer manipulación masiva, lograr el enriquecimiento de personas y el establecimiento de instituciones millonarias y de lucro. Además de marcar a muchos creyentes cuando al pasar del tiempo la “inversión” en la “palabra” no dio los resultados esperados.
Los creyentes no invertimos para obtener beneficios terrenales, sino que invertimos en lo espiritual por que hemos sido enriquecidos espiritualmente en Cristo. Esto no quita en que se necesiten empresarios y gente que invierta dinero para lograr la agenda del Cielo, no para lucro personal sino para que el propósito de Dios se cumpla.
Ahora, es importante que entendamos qué es la palabra.
Cuando vamos a Juan1.1, vemos que en el principio era el Logos y el Logos estaba con Dios y el Logos era Dios. Luego dice que este Logos se encarnó y habitó entre nosotros. Logos significa Palabra.
“Los creyentes no invertimos para obtener beneficios terrenales, sino que invertimos en lo espiritual por que hemos sido enriquecidos espiritualmente en Cristo.”
Luego dice que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. (Jn. 1. 3-4) Quiere decir, que la palabra no es algo sino alguien: ¡Cristo mismo! Cristo es la Palabra creadora, por eso su manifestación en la tierra cambió la atmosfera de esta. Su presencia la preparaba para la manifestación y cumplimiento del Propósito Eterno de Dios. Por eso no tenía que hablar para ser reconocido, por que su presencia era suficiente para que hasta la misma naturaleza respondiera a Su voz.
La palabra no es algo que se predique sino es alguien quien nos habita. Y si esa palabra nos habita no hay que hacer nada para “comprarla”.
El problema es lo lleno de humanismo que están los mensajes de hoy en dia. La gente lo que desea escuchar es que serán prosperados, sanados, bendecidos, catapultados, empoderados y enriquecidos. Sin entender que si la Palabra nos habita ya hemos sido prosperados, sanados, bendecidos, sentados con Cristo, empoderados (el mismo poder que lo resucitó de los muertos ahora opera en nosotros) y enriquecidos.
Pero no tan solo eso, hemos sido perdonados, redimidos, justificados, santificados, escogidos, predestinados, puestos en relación correcta con Dios, se nos dio entrada a trono de Gracia, hemos sido hechos aceptos en el hijo, nos dio sabiduría y entendimiento, nos hace caminar en las obras que preparó de antemano y nos hizo conocer el misterio de su voluntad. Realmente no necesito comprar nada si lo tengo todo en El.
La profecía
Podemos hablar mucho de los profetas y de las profecías, pero solo me voy a centrar en el “espíritu de la profecía”. La Palabra es Cristo, ¿y la profecía?
Muchos piensan hoy en día que hay profecías nuevas. La realidad es que el pueblo de Israel vivía esperando el cumplimiento de las profecías, pero los Hijos de Dios que caminan en el Nuevo Pacto, caminan en el cumplimiento de las promesas.
“Nosotros no caminamos profetizando juicio y condenación, la Ekklesia debe profetizar con su ejemplo.”
Ap19.10 NTV dice: “Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: «No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios, como tú y tus hermanos que dan testimonio de su fe en Jesús. Adora sólo a Dios, porque la esencia de la profecía es dar un claro testimonio de Jesús».”
Juan dice que la esencia de la profecía es dar un claro testimonio de Jesús. En la RV 60 dice: “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.” La NVI dice: “El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía”
En otras palabras, la profecía no es algo para hablar sino para ejecutar. No puedes ponerle precio a algo que debe ser producto de la vida de Cristo en tu vida. ¡El testimonio de Cristo no está a la venta! No puedes pactar una profecía, sino ser inspirado por el testimonio de Cristo.
Nuevo Pacto
Estaré abundando más sobre este tema en los próximos artículos, pero por el momento es necesario entender que el Nuevo Pacto se inaugura en la tierra a partir de la muerte y resurrección de Cristo, por lo tanto, es desde ese momento, que podemos ver la manifestación y operación de este Nuevo Pacto.
En el libro de Hebreos 9.17 NTV dice: “El testamento sólo entra en vigencia después de la muerte de la persona. Mientras viva el que lo hizo, el testamento no puede entrar en vigencia.”
La muerte de Cristo abrió pasó al establecimiento de este Pacto. Por eso, es importante que todo estudio, todo pensamiento y toda acción provenga de una mente renovada por los principios de este Nuevo Pacto y no por la sabiduría e interpretación humana.
“todo estudio, todo pensamiento y toda acción debe provenir de una mente renovada por los principios del Nuevo Pacto”
Después de este Nuevo y Mejor Pacto, nunca más se menciona en la Palabra otro pacto. Por lo tanto, querer hacer un pacto con dinero es decir que el Nuevo Pacto es insuficiente e incompleto.
Resumen
No existe en la Biblia evidencia de que la Iglesia primitiva diera dinero a cambio de una oración o una bendición. Esta práctica es anti-bíblica y fue condenada por los primeros cristianos.
En Cristo tenemos todo y ese todo será siendo manifestado en nuestras vidas con el pasar del tiempo. Cristo es la Palabra, Cristo es la Profecía y Cristo es nuestro Pacto. Con esto Dios cumple su propósito en Cristo.
“Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra.” Ef 1.10 NTV
Dios quiere resumir todo en un solo nombre Cristo y esto no tiene precio.
Pastor Alex Strubbe Marin
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