14 Más tarde, después del arresto de Juan, Jesús entró en Galilea, donde predicó la Buena Noticia de Dios. 15 «¡Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!».
Uno de los temas más relevantes y de mayor reto para la Iglesia en este siglo, es la manera en que se defina el propósito del Cuerpo de Cristo. La forma en que lo entendamos va a definir como se cumple o se deja de cumplir dicho propósito.
Lo primero que tenemos que entender es que el propósito de la Iglesia opera en la realidad del Reino de Dios. En otras palabras, la Iglesia no se mueve en los principios terrenales, sino que opera desde el principio eterno no visible del Reino de Dios. A medida que conozcamos estos principios, vamos a poder interpretar el propósito en el cual la Iglesia se manifiesta.
“el propósito de la Iglesia opera en la realidad del Reino de Dios.”
Esto es importante para el desarrollo congregacional, pues el propósito de la Iglesia no es añadir miembros a un lugar, sino movilizar ciudadanos capaces de transformar. Por mucho tiempo, hemos estado preparando muy buenas personas capaces de aprender a realizar tareas en una congregación, pero no hemos podido desarrollar ciudadanos capaces de transformar y reconciliar a la gente con Dios.
Conocemos más de los avivamientos y acontecimientos del pasado, que de la manera en que vive un ciudadano del Reino. O sea, podemos contar la historia, pero no manifestar Su Gloria.
Trasladados de reino
Para poder comenzar a entender la Iglesia y su relación con el Reino es importante recordar que Cristo no nos traslado de una barra a una Iglesia, sino que nos trasladó del reino de las Tinieblas al Reino de Su Hijo. Él no te movió de lugar físico, sino que te movió de un reino a otro Reino.
Esto es importante entenderlo, porque si veo mi vida como alguien que Dios sacó de las barras, de las drogas, del “mundo”, de la prostitución y que fue puesto en una congregación específica para una tarea específica, probablemente mi enfoque será ocupar un puesto específico en la congregación específica. Entonces comenzaré a vivir mi vida de creyente tratando de cumplir las metas establecidas en el lugar y dejaré de cumplir el propósito para lo que fui diseñado.
Pero si comienzo a ver que Dios no me sacó del mundo para ser un miembro de una congregación sino para ser ciudadano de un Reino. Me daré cuenta de que todo lo que haga no corresponde a una agenda pastoral sino a la agenda del Rey que me gobierna.
Por eso Cristo no pidió que los sacará del Mundo, sino que los librara del Maligno, la intensión no era sacarte del mundo sino infiltrarte en el mundo para que pudieras implantar en otros el Reino de Dios.
‘la intensión no era sacarte del mundo sino infiltrarte en el mundo”
Es tiempo de que se levante la Iglesia compuesta por los Ciudadanos del Reino en lugar de más congregaciones llenas de miembros. Llegó el momento de transicionar de una mentalidad de miembro de congregación a una mentalidad de ciudadanía del Reino de los cielos. En la manera en que aprendamos a ser un buen ciudadano del Reino, nos convertiremos en miembros productivos en una congregación.
El Evangelio del Reino
La pregunta que tendríamos que hacernos es: ¿Cuál ha sido la razón por la cual se han producido más miembros de iglesias que ciudadanos del Reino? ¿Será que el mensaje se distorsionó al pasar de los años?
¿Cuál era el mensaje de Cristo? ¿Predicaría Cristo de Sanidad, de salvación, de libertad? ¿Sería prosperidad o guerra espiritual? ¿predicaría Cristo de superación personal y como ahuyentar a los Judas? ¿Avivamiento?
¿Cuál era el mensaje principal de Cristo? El Reino. Veamos los siguientes pasajes:
Mt 4.17 (RVR60) 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Marcos 1.15 “Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Lucas 4.43 RV60 43Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado
Cristo predicaba el Evangelio del Reino como tema principal. Evangelio significa Buenas Nuevas o Buenas Noticias.
La Buena Noticia no era que iban a ser Salvos sino que un Nuevo Gobierno iba a ser establecido. Era que un nuevo gobierno se estaba acercando a ellos.
Por eso cuando Cristo llamó a los discípulos a seguirlo, ellos no dudaron en dejar lo que estaban haciendo y seguirlo, ellos habían escuchado el mensaje. Había una Noticia Buena, un Nuevo Reino se estaba acercando, una nueva forma de Gobiernos estaba a punto de establecerse.
Ellos querían ser parte de una revolución y de un cumplimiento profético. Ellos no siguieron a Jesús por las señales o las manifestaciones sino por el mensaje del Reino.
Lamentablemente hoy en día la gente quiere seguir a Cristo por las Señales sin entender el mensaje. Esto ha producido una generación de gente que se congrega para ver lo que Dios va a hacer, y ver si el culto está bueno, en lugar de crear personas que expandan y prediquen el mensaje del Reino.
El Reino
En el libro de Daniel había una gran profecía, que había sido revelada por medio de un sueño a Nabucodonosor. Una gran estatua que representaba los reinos del mundo y una gran roca que rompía los pies de la estatua. Las características de esta piedra eran: 1. no formaba parte de la estatua, 2. venia fuera de ella 3. No había sido cortada por mano humana 4. era enviada por Dios mismo. Esta piedra iba a destruir todos los reinos y de una roca iba a formar una gran montaña que cubriría la tierra, el Reino iba a expandirse hasta llenar la tierra
La predicación de Cristo era que aquel reino que ellos esperaban estaba a punto de manifestarse, era el Reino del cual Cristo era el Rey y Mesías.
Lc 17.20–21 RV 60 – 20Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, 21ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros
Donde estaba el Rey estaba el Reino, Cristo es la piedra, la roca no cortada con manos humanas, sino separada desde la eternidad para ser establecida como Gobierno absoluto, un Gobierno que lo llene todo.
El Reino tiene que ver con una Nueva Vida Impartida y con el Propósito Eterno de Dios de restaurar todas las cosas.
Un reino que destruye cualquier reinado que haya en tu vida. Un Reino inconmovible, un Reino Eterno, un Reino que permite la manifestación de lo invisible en el plano visible.
Cristo predicaba el Reino, en otras palabras, predicaba la manifestación misma de Dios a través de Él. Los primeros creyentes predicaron el Reino, no era un tema de moda, sino una realidad en sus vidas. Ellos proclamaban a un Nuevo Rey, Bajo un Nuevo Gobierno y bajo una nueva economía.
Por eso la persecución, hasta el momento había habido un solo señor, el Cesar. Pero ahora, los seguidores de Jesús hablaban de un Nuevo Reino basado en unas Buenas Noticias y hablaban de Cristo como su Señor. ¡No tan solo eso predicaban de un Pacto con mejores promesas, para esta gente ya el gobierno que los gobernaba había sido derrotado y sustituido por el gobierno del Rey!
Predicar el Reino
Predicar del Reino, no es otra cosa que predicar del gobierno del Hijo, predicar del establecimiento de una Nueva forma de Vida, de una operación divina en la realidad natural.
¡Entender esto es vital! De este entendimiento es que parte la edificación de la Iglesia. No se trata ya de programas para cumplir una agenda eclesiástica, sino de una agenda divina de expansión y conquista. De expansión por que el Cuerpo crece y de conquista por que se enfoca en el mensaje reconciliador de la Gracia.
Prediquemos pues este mensaje. Anunciemos que el Reino ya está entre nosotros, que no es una realidad del futuro, sino que es una vivencia del presente. Entendamos que ahora, la manifestación del Reino se hace real por medio de la Iglesia. Y que la Iglesia en su Misión debe estar basada en la manifestación de ese Reino.