Enfocados en lo Correcto

Muchos de nosotros pensamos en que despedir un año y recibir uno nuevo va a cambiar nuestras situaciones actuales. Muchos se proponen metas nuevas o resoluciones que  se olvidan al pasar el primer mes del año. Y en realidad, es bueno utilizar este tiempo para reflexionar en las cosas que hemos hecho, en las que no logramos, en las enseñanzas que recibimos, los lugares que visitamos, a los que no pudimos llegar, las personas que ganamos y las personas que perdimos. Es un buen momento para mirar atrás y dar gracias por todo el caminar en el cual tuvimos la oportunidad de dejar nuestras huellas en este pasado 2016.

Es un buen momento para mirar atrás y dar gracias por todo el caminar en el cual tuvimos la oportunidad de dejar nuestras huellas en este pasado 2016.”

Pablo hablando de la perfección dice estas palabras: “No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así  avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” Flp 3.13–14(énfasis del escritor) Pablo estaba demostrando la actitud que debemos tener ante las cosas que aun no hemos recibido o aquellas las cuales no hemos logrado, el estaba enseñándole a la Iglesia en Filipo que nuestro enfoque no debe estar en lo que quedó atrás sino en una meta que transcendía toda frustración o todo plan incompleto. Les dijo: “olviden el pasado y fijen la mirada en lo que tenemos por delante.”

“Nuestro enfoque no debe estar en lo que quedó atrás sino en una meta que transciende toda frustración o todo plan incompleto.”

Tal vez podamos pensar que se refiere a que olvidemos el 2016 y nos extendamos al 2017, pero no es así, la realidad es mucho más profunda. Pablo hablaba de olvidarnos de lo que se ve y fijar la mirada en lo que no se ve. El pasado es todo aquello que has visto y vivido, es aquel camino por donde anduviste, aquellas cosas que realizaste y te diste cuenta que no lo hiciste a perfección. Es lo que se ve, lo pasajero, lo incompleto, lo que no perdura y lo que no es eterno. Pablo dice: “olvídalo” , la palabra original es “epilanthanomai” y está relacionado a no recordar, pero también a no prestar atención. En otras palabras, “ciertamente no prestes atención en lo que es pasajero y avanza hacia la meta que está delante”.

“El final de la carrera no está en lo pasajero sino en lo Eterno, no es algo que podamos ver, pero si es algo que podemos creer.”

Pablo define esa meta y no esta relacionado con nuestros sueños, metas o propósitos para el 2017, sino con una persona: Cristo. El final de la carrera no está en lo pasajero sino en lo Eterno, no es algo que podamos ver, pero si es algo que podemos creer. Hay un premio al final del camino y es que seremos igual a Cristo, si es que Cristo está siendo formado en nosotros.

Este 2017 nuestro enfoque no debe ser cuantas resoluciones hagamos, sino cuanto me voy a esforzar en la gracia por conocerlo a El. Miremos pues las cosas que no se ven y dejemos de mirar lo que se ve. Planifiquemos este 2017 mientras nos enfocamos en el llamado que Dios nos hace por medio de Su hijo Jesucristo: Que seamos más y más parecidos a El.

Felicidades!!

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