La Revolución de la Gracia – Una Cita con la Samaritana

      La Revolución de la Gracia               

4 “Y le era necesario pasar por Samaria.” Jn 4.4

Donde quiera que Jesús iba, tenía el poder de inquietar a las personas y producir en ellos una especie de Revolución. Vemos como Cristo llegaba y cambiaba escenarios de tristeza en gozo, escenarios de llanto en alegría, escenarios de enfermedad en sanidad. Había en él la manifestación del propósito Eterno en el poder de la transformación.

Tenemos entonces que entender que la transformación es una evidencia de la conversión. Si no hay transformación no hubo conversión. En voz del Apóstol Patiño: “Si no hay transformación hubo un fraude”. El hacer una oración en un “altar” no te salva.

“Si no hay transformación no hubo conversión”

Una de las señales de que Jesús ha entrado en escena en la vida de una persona es que hay un cambio de vida, Ya no vivimos nosotros, sino que ahora se nos imparte la vida del Hijo.

Somos trasladados del reino de la Tinieblas al Reino del Hijo,

Se nos imparte una nueva naturaleza.

Se pasa de la muerte a la vida

Del pecado a la santidad

De no tener esperanza a ser esperanza

De ser un condenado, a ser justificado

Cristo en nuestras vidas provoca una revolución.

¿Qué es revolución?

Según el diccionario, “la revolución es un cambio o transformación radical respecto al pasado inmediato. Los cambios revolucionarios tienen consecuencias trascendentales y suelen percibirse como súbitos y violentos, ya que se trata de una ruptura del orden establecido.”

La revolución rompe el orden establecido. Por eso, en este tiempo, Dios está provocando una “revolución” que está rompiendo el “orden del hombre” y trayendo “Su Orden”. Para esto, debemos entender que NO necesariamente lo que nos enseñaron como el “orden de Dios” es el Orden de Dios. Incluso, tal vez, lo que nos enseñaron no necesariamente es el Orden divino, sino que es el resultado influenciado por el orden del hombre.

Dios, está inquietando el espíritu de una nueva generación que se está atreviendo a profundizar en lo que han aprendido, buscando las verdades eternas contenidas en la escritura. Por eso, debemos repasar los puntos bíblicos que nos han enseñado a la luz del Nuevo Pacto y la Gracia y dejar de verlos a la luz de Calvino o Arminio. Temas como la Salvación, la Cruz, la resurrección, el Propósito Eterno de Dios, la Elección, la Santa Cena, el Bautismo, el Nuevo Pacto, la Vida impartida, la manifestación del Espíritu, el misterio Revelado, la centralidad de Cristo, la Misión de la Ekklesia, entre otros más, deben ser “re-interpretados” bajo la lupa del Nuevo Pacto.

La Cruz lo cambió todo, Cristo vino a establecer Su Gobierno, su Reino, Su Orden y Su Pacto, por lo tanto, una vez él llega, todo orden anterior, todo pacto anterior, todo gobierno anterior se derrumba y es declarado expirado. (He. 8.13)

El problema es que muchas veces andamos en un Nuevo Pacto, en un Nuevo Gobierno, en un Nuevo Orden, pero con una licencia (permiso de conducir) expirada(Antiguo Pacto). En otras palabras, personas que ya disfrutan de las bendiciones y promesas del Nuevo Pacto pero siguen con una mentalidad del Viejo Pacto. Esto no les permite ver lo que ya han recibido en Cristo, y caminan como “mendigos del evangelio” buscando la próxima “revelación” para poder terminar del pie el mes.

Pero yo Creo que Dios está levantando una generación con un deseo profundo de volver al orden original, al plan original, a la manifestación del Nuevo Pacto y todas sus bendiciones establecidas en Cristo.

JESÚS TENIA LA NECESIDAD DE PASAR POR SAMARIA

En el capítulo 4 de Juan, Cristo había arreglado un encuentro con una mujer a la cual él quería traer una revolución (cambio de orden). Esta mujer había tenido una vida desordenada y de pecado. Sin embargo, esto no alejó a Jesús, al contrario, lo acercó. El pecado no aleja a Dios del hombre, sino que lo atrae para que su Gracia sobreabunde. (Rom. 5.20)

Cristo venía a desbordar su Gracia sobre aquella mujer que nada merecía. Fijese, que era una mujer con conocimiento, pero sin revelación. Muchos han conocido a Cristo a través de una predicación, una palabra cantada, etc. Pero tal vez no se les ha revelado, Conocen mucho, pero sin transformación.

Jesús había planificado una cita con aquella Samaritana. Ya es tiempo que dejemos de pensar que hicimos algo para encontrarnos con Dios, Nosotros no planificamos encontrarnos con El, Él fue el que decidió un día cumplir el plan que tenia de ante mano y así “pasar” por nuestras vidas y provocar una Revolución (cambio de orden).

En Jn 4.44 dice hablando de Jesús: “Y le era necesario pasar por Samaria.” La palabra necesario, en su sentido es, que era inevitable. Era obligado pasar por ahí. Había una necesidad de cumplir un propósito en aquella ciudad. Dios no se mueve por casualidad, sino por propósito.

El problema es que Samaria, era la ruta más corta para llegar a su destino, pero no la más conveniente. Hay caminos que no son los que esperas pasar, pero son la ruta más corta entre tú y la manifestación del propósito de Cristo en ti. No te niegues a pasar por el lugar más difícil o más complicado, muchas veces es la ruta más corta para llegar a la manifestación de Cristo en ti.

Había un problema entre judíos y samaritanos, los judíos no querían pasar por Samaria para no tener que enfrentar una situación difícil (no se llevaban), preferían una ruta más larga para no tener que lidiar con la crítica y el problema.

Hay cristianos que padecen de lo mismo, prefieren la ruta larga a lidiar con su SAMARIA. Prefieren cerrar sus oídos y perpetuar y justificar su pecado y sus faltas en lugar de aceptar que están mal y que necesitan arrepentirse de sus pecados y ser transformados por la gracia de Dios.

Cristo no pasó por Samaria para enfrentar a una Samaritana sino para transformar una samaritana. Nunca habrá una situación que enfrentes de la cual no salgas transformado. Las situaciones y las “samarias” de tu vida vienen con el propósito de formar tu carácter al de Cristo, no para destruirte.

NO PUEDES CREAR UNA REVOLUCIÓN, SI NO HAY UNA RENOVACIÓN DE TU MENTE Y CORAZÓN

Cuando Jesús se encontró con la samaritana no la juzgó, sino que la llevó a su realidad. Hasta que no te des cuenta de tu realidad no podrás disfrutar de lo que Dios te entregó por medio de Cristo.

En otras palabras, No entenderás la Gracia a no ser que veas que eres un pecador, hasta que veas que no puedes hacer nada para salvarte, que estás alejado de Dios, que no hay forma en que Dios te vea como hijo a no ser que EL te haga hijo y te perdone y te salve.

Pablo habla de una Transformación por medio de la renovación de nuestro entendimiento:

Romanos 12.2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Quiero que entiendan esto, esto fue lo que Jesús estaba haciendo con la Samaritana, Él le estaba renovando el conocimiento a esta mujer(Revolucionando).

Jesús quería revelarle algo poderoso a esta mujer, pero para que ella lo recibiera y lo entendiera, Jesús tenía que renovarle su permiso de conducir, tenía que darle un update a su sistema operativo, tenía que actualizar los datos que había en la cabeza de esta mujer.

Hay revelaciones que solo la alcanzaras cuando tu mente sea transformada.

Por eso es que no entiendes el gozo de algunas personas, por eso no comprendes la libertad de adorar, por eso no puedes permanecer orando, por eso te aburre el culto, por eso peleas con la Gracia, por eso se te hace difícil ofrendar, por eso no te interesa asistir al culto de oración, por eso algunos solo asisten a un lugar llamado “Iglesia” simplemente para callar la voz interior y no para revelar junto a otros la presencia de Cristo. Simplemente porque tu mente no ha sido renovada.

Dios no puede traer una revolución sobre conceptos erróneos y obsoletos. Esto produciría cristianos incompletos e incapaces de madurar.

CUANDO JESÚS SE REVELA A UNA VIDA LO HACE PARTICIPE DE SU OBRA

Esta mujer tenía un pasado fuerte, estaba lastimada, triste, sedienta sin fuerzas. Pero cuando Jesús cambió su mente y transformó su pensamiento, su vida entera cambió. Cuando Jesús le reveló su identidad, Su vida fue transformada y esa transformación produjo acción.

Este fue el punto culminante de la revelación: Jn 4.25–26

25 La mujer dijo:

—Sé que el Mesías está por venir, al que llaman Cristo. Cuando él venga, nos explicará todas las cosas.

26 Entonces Jesús le dijo:

—¡YO SOY el Mesías!

Estoy seguro que ese “YO SOY” retumbó en el corazón de aquella mujer. ¡La biblia relata que esta mujer comenzó a decirle a todos que Había encontrado al Mesías! La realidad era que el Mesías la había encontrado a ella. ¡Ella era de las hijas perdidas, que ahora había sido encontrada!

Ella fue transformada para cargar la revelación de Cristo. Aunque Cristo no habitaba en ella, si había habido una impresión de Cristo en esta mujer. Cuanto más tu yo debemos ser transformados al Cristo meterse dentro de nosotros a vivir Su vida. En el Nuevo Pacto, Cuando eres atraído a Cristo, él te devuelve Su IMAGEN y te conviertes en una revelación de El

¿Quién le creería a esta mujer? Tal vez no le creyeron al principio, pero había algo diferente en ella, era la vida de Cristo impartida en ella(no interna sino externamente).

La emoción como resultado de la transformación trae una revolución

No era la emoción que cargaba lo que los convenció, sino que estaba impregnada de la presencia de Dios. Esta mujer no estaba emocionada, estaba transformada con la verdad que había recibido.

Estamos acostumbrados a emocionarnos sin importar si somos transformados. Pero, la emoción no produce revelación, pero ten por seguro que, ¡la revelación produce emoción!

Juan termina relatando el resultado de aquel encuentro: “Muchos samaritanos de esa aldea creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho: «¡Él me dijo todo lo que hice en mi vida!». Cuando salieron a verlo, le rogaron que se quedara en la aldea. Así que Jesús se quedó dos días, tiempo suficiente para que muchos más escucharan su mensaje y creyeran. Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no sólo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo». Jn 4.39–42

Esta mujer se convirtió en instrumento para traer revolución a un pueblo completo. Y tú, ¿comprenderás la razón por lo cual Cristo te atrajo a Su Cuerpo?

Subscribe
Notificame de
guest

3 Comments
Antiguos
Recientes Mas votados
Inline Feedbacks
View all comments
Uziel Reyes
6 Años ago

Excelente escrito pastor Alex, saludos desde Valencia Venezuela. Adelante

Stevens
Stevens
6 Años ago

Poderoso Pastor, me encanta Jesus no vino a confrontar, condenar o acusar, sino a transformar, yes.