30 Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.
Ro 8.30 NTV
Hablamos en el “Blog” pasado que Dios nos conoció (proginosko) desde el principio y aun sabiendo lo que íbamos a hacer, lo que íbamos pensar, Él nos predestinó, nos puso un destino predeterminado, una meta, un límite. Ese límite predeterminado era hacernos CONFORMES (con forma, de la misma esencia, la misma naturaleza) a Cristo, para que el fuera el modelo de hermano mayor y así Dios restablecer la IMAGEN que se perdió en Edén, que fue recuperada por Cristo en la cruz del Calvario. De esta manera y a través del Nuevo Pacto levantar una Generación con la IMAGEN y características de Cristo.
Ahora bien, ¿cuál es el proceso por el cual Dios lograr atraernos y que podamos disfrutar de ser semejantes a Su Hijo?¿Que hizo Dios para acercarnos a Él? ¿Cuál es el fin de acercarnos a Él?
“Usted no es un accidente sino un ser planificado por Dios para buenas obras.”
lo primero que Dios hace: nos Elige y nos predestina
Como ya hemos enseñado, desde antes de la fundación del mundo ya Dios nos había preparado por medio de Cristo para predestinarnos a ser como Cristo. La predestinación o elección no es en nosotros mismos sino en Cristo. Dios nos vio en Cristo desde la eternidad. Usted no es un accidente sino un ser planificado por Dios para buenas obras. Efesios 2.10 dice: “Porque somos hechura suya (creación, obra) creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (énfasis mio)
Cuando nacemos de nuevo en Cristo, vivimos en las obras que Dios preparó de antemano, a Él no le sorprende nuestras obras, porque estamos haciendo exactamente lo que él sabía que íbamos a estar haciendo, pues él las preparó en Cristo en la eternidad. El no se sorprende de los milagros o cuan grande es tu ministerio, o cuanta gente llega a tu congregación, no se sorprende por tu fluidez al hablar, el no se sorprende porque todo lo que hacemos, todo lo que tenemos lo tenemos por GRACIA, no por obras para que nadie se jacte, para que nadie se gloríe. (Efesios 2.9)
“A Él no le sorprende nuestras obras, porque estamos haciendo exactamente lo que él sabía que íbamos a estar haciendo”
Lo segundo que Dios hace: nos llama
Romanos 8.30 dice que: “Dios los llamó para que se acercaran a él…” Una de las cosas que nos han enseñado mal, es decir que el ser humano tiene la capacidad de buscar a Dios. Cuando Adán y Eva pecaron lo primero que hicieron fue esconderse, lo cual es una manera de huir. Desde entonces el ser humano se a tratado de esconderse de Dios. Por lo tanto, no podemos buscar a Dios, Él es quien nos busca. Dios está todo el tiempo llamando a su creación, a nosotros simplemente nos toca responder a su llamado. Nos toca creer que El quiere acercarse a nosotros.
A veces nos sentimos tan inmundos, tan indignos que pensamos que Dios no quiere acercarse a nosotros. Dios no solo te llama sino que quiere acercarse a ti, El creador quiere tener una relación, quiere tener comunión con nosotros, simplemente porque nos ama, porque nos creó para Su propósito, para Su gloria. El no nos llama a que entremos a una religión o a una “Iglesia” o aun concilio, o ministerio, o que digamos que somos cristianos, él nos llama para que tengamos COMUNIÓN ( Común Unión) con EL.
Lo tercero que Dios hace: Nos justifica (ponernos en RELACIÓN correcta con el)
¿Procesados legalmente? ¿Que hemos hecho para ser procesados? ¿De qué se nos acusa? Solo los que son encontrados acusados van a un tribunal. Fuimos acusados de cargar el pecado por lo tanto el cargo contra la humanidad es que son pecadores. Por medio de Adán entró el pecado al mundo, corrompió la IMAGEN perfecta de Dios en el Hombre.
¿Pero cómo sé que soy pecador?¿Cómo puedo estar seguro de que soy culpable? A causa de la ley. Romanos 3.20 dice: “ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” Gl 3.24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
La ley de Moisés “ley”, torá. Proviene de una raíz que significa “enseñanza, guía o instrucción”. Eran las reglas, normas, instrucciones del Dios para el pueblo de Israel, entre ellas se encontraban los 10 mandamientos. Bajo el Antiguo Pacto se tenían que cumplir todos los mandamientos, el fallar en uno de ellos nos hacia culpables de toda la ley.
“La ley vino para mostrarme que estaba mal y enseñarme que por mis obras no puedo lograr nada.”
La ley vino para mostrarme que estaba mal y enseñarme que por mis obras no puedo lograr nada, que necesito alguien que vaya por encima de la ley, alguien que tenga más autoridad que la ley y que ese alguien me librare de algo de lo cual yo no puedo librarme solo. Cristo dijo que El venia a cumplir la ley (Mt. 5.17), El venia a hacer precisamente lo que nosotros nunca íbamos a lograr. Por eso, cuando estamos en Cristo, hemos muerto a la ley.
Cuando entramos al Nuevo Pacto la ley ya no tiene efecto en mí, porque soy declarado justo delante de Dios. ¿Es una licencia para pecar? No!!!! Al contrario dejamos de pecar porque fuimos perdonados y justificados, dejamos de hacer las cosas malas no porque esté obligado a hacerlas sino en agradecimiento a que Cristo tomó mi lugar. La religión te enseña una serie de leyes para que puedas alcanzar algo que solo puedes alcanzar por estar en Cristo.
Dios nos elige, Dios nos llama y al llamarnos ve el pecado en nosotros y en lugar de acusarnos, de señalarnos, simplemente nos justifica. Nos da algo que simplemente no nos merecíamos, eso es GRACIA. “La paga del pecado es la muerte” – lo que teníamos que recibir a cambio era muerte sin embargo en la cruz hubo un intercambio, el que no debía morir pagó por el que tenía que morir – Y al Cristo morir pagó la deuda y nosotros recibimos los beneficios.
“La justificación es el acto planificado, libre y soberano de Dios en el cual nos declara justos aun cuando estábamos en pecados.”
Recibiendo la Justificación
La justificación es el acto planificado, libre y soberano de Dios en el cual nos declara justos aun cuando estabamos en pecados. Él nos declara justos aun cuando él sabe qué le vamos a fallar!! La justificación es uno de los veredictos en un tribunal: Inocente, Culpable o justificado. No somos inocentes, deberíamos ser culpables pero nos declaran justificados!!! Justificados es ser encontrados en RELACIÓN CORRECTA CON EL! No porque lo hayamos hecho nosotros sino porque El así lo estableció!
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” Romanos 5:1 NTV
El Dios declararnos justos debe traer descanso a nuestra vida, espíritu y conciencia, ya no somos acusados sino que somos justificados. Solo podemos recibir la justificación por la fe. No hay otra forma, el orar mucho o ayunar, o ir a la iglesia, hacer buenas obras, llevar comida al necesitado, etc. no va a hacer callar nuestra conciencia. EL reconocer y recibir gratuitamente el que Dios quiere declararnos justos es suficiente para vivir en RELACIÓN CORRECTA CON EL. A la vez, que por la fe en Cristo soy justificado, Dios nos da de su gloria. Por eso la Gloria no cae, la gloria no desciende, sino que la Gloria habita, ya no está afuera sino que la cargo por dentro.