“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
S. Mateo 25:21 RVR1960
Jesús utilizó muchas formas de enseñar lo principios del Reino a sus discípulos. Cuando hablamos de principios, nos referimos a la base de ideales, fundamentos y reglas en las cuales opera el Reino de los cielos.
A pesar de que somos Salvos por Gracia por medio de la fe, cabe señalar que en la operación del Reino hay reglas, responsabilidades y deberes que al cumplir con ellos nos permitirá disfrutar a pleno la Vida de Cristo en nosotros.
Estarémos desarrollando una Serie de Artículos basdos en estos principios. Cada vez que Jesús decía “El reino de los cielos es semejante a…” venía con la intensión de enseñar más sobre el Reino que se estaba por inaugura.
Hoy hablaré algunos principios relacionados con la “Parabola de los talentos”
“El Reino de los cielos se parece” …
Así comienza el relato de la parábola de los talentos. Por lo tanto, quiere decir que dentro de la misma hay principios de como opera el Reino de los cielos.
Mencionaremos algunos de los principios encontrados en esta historia. Iremos en los próximos artículos hablando sobre algunos de ellos y cómo debe ser su aplicación y manifestación en la vida del creyente.
El Reino de los cielos opera en la confianza
El hombre dueño de los recursos se iba lejos pero su confianza estaba en que la tarea se iba a seguir realizando. El confiaba que la asignación se iba a llevar a cabo aun cuando el sabía que uno de ellos tal vez no lo iba a lograr
La realidad es que el sabía que le podía confiar muy poco, pero en el Reino, las oportunidades se nos da a todos por igual de acuerdo a nuestra capacidad administrativa.
Así que lo que Dios te dio, proponte administrarlo de manera tal que su empresa(El Reino) sea expandido. No tengas temor: Inviertete en tu asignación.
Opera bajo el principio de orden
El orden era muy sencillo: El hombre dueño de todo y los obreros. Lo primero que podemos ver es que en el Reino está establecido el principio de sujeción y obediencia. En la iglesia primitiva fue establecido en un orden administrativo. Ancianos, Diáconos, Obispos. Cada uno tenía una tarea, una asignación.
Aunque no era un orden jererárquico, requería que hubiese una sujeción en amor, primero los unos a otros y segundo a las autoridades. Por lo tanto, afirmar que no existe en el Reino la sujeción a la autroidad es negar la constitución misma de este Reino.
Opera bajo el principio de obediencia
A una orden delegada se espera el cumplimiento de la misma. El hombre delegó sobre sus siervos esperando que estos pudieran ser eficientes en la tarea. El sabía que ellos podían, pero ellos tenían el reto de poder lograrlo.
La obediencia requiere que entendamos quién nos envía. La desobediencia es el resultado de haber rechazado la autoridad. Una vez se pierde la autoridad, la obediencia es opcional. Dios espera que seamos obedientes y cumplamos aquello que nos fue asignado.
Una vez se pierde la autoridad, la obediencia es opcional.
Opera bajo el principio de mayordomía
A lo hombres se les dio justo lo que podían administrar según su capacidad. Querer administrar mas allá de lo que se nos ha sido asignado puede acarrear malas consecuencias. En otras palabras, operar fuera de nuestra asignación es ilegal y rompe el orden.
Debemos evaluar si estamos tratando de hacer cosas que no fueron delegadas a nuestras vidas y estemos intentando forzar a que pasen cosas por nuestras propias fuerzas.
Querer administrar mas allá de lo que se nos ha sido asignado puede acarrear malas consecuencias.
A estos hombres se les asignó, ellos solo tenían que administrar. No eran dueños, eran administradores.
La pregunta sería, ¿Cómo estoy administrando aquello que no te pertenece?
Opera en el principio de la responsabilidad
Cada uno tenía una responsabilidad y era la multiplicación del talento. No se puede delegar en segundas personas lo que se te ha delegado. Si eres tu el que ha de hacerlo no ores por que Dios levante a otro.
Aveces lo que esta por suceder solo está esperando tu acción. Aquellos hombres tenían la misma oportunidad de multiplicar, la diferencia, la responsabilidad.
Dios espera que seamos responsables con la tarea que se nos es entregada.
Todos pusieron manos a la obra, excepto uno que alega que el miedo lo paralizó. Dios espera que seamos responsables con la tarea que se nos es entregada. Responsabilidad es cumplir con nuestras obligaciones en el Reino.
Opera en el principio de la fidelidad
“…en lo poco has sido fiel” . No puede haber más cuando en lo poco se ha sido ineficiente. Esto establece como crece la confianza y la fidelidad. Crece dando pequeños pasos de confianza. Si se falla en lo poco, qué nos hace pensar que estamos capacitados o que merecemos grandes tareas.
La fidelidad está basada en que lo que me ha sido asignado es conforme a mi capacidad. La fidelidad me hace multiplicar el talento en lugar de quejarme por lo recibido. La fidelidad no es en base a mi criterio sino en base a aquel que me delegó la tarea.
Siempre habrá alguien que podrá identificar cuanto es suficiente para tu vida. No es la coartar las capacidades sino la asignación que prueba la fidelidad. A veces nos creemos autosuficientes y muy maduros como para determinar cuanto es lo que debo administrar.
La realidad es que siempre vamos a necesitar a una “maestresala”que pruebe el vino. La fidelidad radica en identificar quien ocupa esa posición en nuestras vidas y mostrar fidelidad a Dios por medio de la obediencia.
El proceso siempre es de lo poco a lo mucho. No intentemos ir a lo mucho cuando no hemos podido cumplir tareas básicas. La fidelidad se muestra en aquellas cosas que vemos como insignificantes.
Principio de Rendición a cuentas
Mucha gente piensa que no es necesario rendir cuentas. Sin embargo, vemos en la parábola que el Dueño regresó. ¿A qué? A que le rindieran un informe de labor realizada. En otras palabras tuvieron que rendir cuentas. El principio es el siguiente: Tenemos que rendir cuentas por lo que se nos ha sido delegado.
Muchos reusan rendir cuentas por que reconocen que fallaron a la asignación. Prefieren poner excusas tal y como lo hizo el siervo que no multiplicó el Talento. Este comenzó a atacar al dueño de los talentos, para esconder su ineptitud. Siempre que hacemos bien lo que se nos encomendó, viviremos deseosos que nos pregunten que hicimos.
Un buen trabajo, una asignación cumplida con excelencia y sin quejas ni excusas siempre nos tendrá en una buena posición delante de aquel que nos asignó la tarea
Conclusión
Hoy es un buen día para analizar nuestras vidas tanto en relación a lo que Dios ha establecido como también lo que le ha sido delegado al Cuerpo a través del orden, la confianza, obediencia, mayordomía, responsabilidad, fidelidad y rendir cuentas.
Sino hay fidelidad no hay “en lo mucho te pondré”
Pastor Alex Strubbe
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