Recientemente terminamos un Campamento de Verano en el cual por 5 días fueron edificados más de 40 niños. Una experiencia enriquecedora y única.
Al final, pude entender la gran enseñanza contenida en cada niño, pudimos observar que quienes fueron confrontados y edificados, fue el liderazgo voluntario que participó del mismo. Esto me llevó a reflexionar e incluso a desear poder pastorear una “Congregación de Niños”.
DEJAD A LOS NIÑOS ENTRAD EN MI
Un día Jesús iba caminando y unos padres trajeron sus niños para que Jesús los tocara y los bendijera. Sus discípulos les impidieron a los mismos que acercaran sus hijos al Maestro. Y esto fue lo que sucedió:
14 Cuando Jesús vio lo que sucedía, se enojó con sus discípulos y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños. 15 Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él». 16 Entonces tomó a los niños en sus brazos y después de poner sus manos sobre la cabeza de ellos, los bendijo. Marcos 10.14–16 (NTV)
Cabe señalar, que los discípulos no les prohibieron a los niños llegar a Jesús sino que fue a sus padres que les prohibieron acercarlos a Él. En la cultura judía, se entienda que tanto las mujeres, como esclavos y niños eran insignificantes y no podían tomar decisiones por sí mismos. Aparentemente para los discípulos, los niños no estaban dentro del ministerio principal de Jesús por lo que acercarse a El pudiera resultar en distracción o afectar el ministerio de Cristo.
Muchas veces aquellos que pensamos que están fuera de nuestro “Alcance Ministerial” son precisamente a los que Dios te está acercando.
¿La pregunta es cuantas de las cosas que pudiéramos estar considerando distracciones es realmente el ámbito de nuestra asignación? Muchas veces aquellos que pensamos que están fuera de nuestro “Alcance Ministerial” son precisamente a los que Dios te está acercando.
Cristo muestra su corazón y resuelve la situación diciendo: “Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.”
Jesús habla de una condición y los llama “los que son como niños” y luego añade que “el que no reciba a el Reino de Dios como un niño nunca entrará en el”. Ya sabemos que la forma de entrar al Reino es por medio de la Gracia de Cristo. No es algo que tenemos que hacer sino algo que recibimos por medios de la fe. Pero es justamente mediante un “mentalidad” de niño que podemos recibir lo que no entendemos ni vemos.
Pero es justamente mediante un “mentalidad” de niño que podemos recibir lo que no entendemos ni vemos.
Jesús hace un cambio del lenguaje de venir a entrar, no solo es llegar a Cristo sino entrar en Cristo. Como hemos hablado en otros escritos, Cristo es el Reino, el Reino no es algo sino alguien, Cristo. Si fuésemos a decirlo de otra manera, diríamos que no podemos impedir a nadie acercarse al Reino, pero recibir y entrar al Reino es un asunto de hacerlo como un niño. ¿A qué se refiere? A una inocencia y una fe que está basada en la confianza de aquel que hace la promesa.
Jesús les estaba enseñado a sus discípulos que los niños para tener acceso a El no necesitaban ser adultos, pero, si ellos querían tener el acceso, tenían que ser como los niños. Era un cambio de mente.
HEMOS MADURADO Y OLVIDAMOS SER COMO NIÑOS
Creo que hemos caído en el mismo error de los discípulos de Jesús, no estar alineados a Su corazón. Hemos profesionalizado tanto nuestra vida espiritual que olvidamos la esencia del llamado. Velamos por que todo se de tan perfecto, que no nos damos cuenta cuando herimos a alguien.
En algún momento maduramos, pero dejamos de ser niños.
En algún momento maduramos, pero dejamos de ser niños. Y los que disfrutan el Reino no son los maduros sino los niños. No se “apoderan” del Reino los maduros sino los niños.
En Apocalipsis hay una observación a una de las iglesias “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor” Ap 2.4 RV60. Aunque pudiera sonar fuera de contexto, el primer amor que tenemos es el que sentimos por nuestros padres o aquellos que nos cuidaron. Aunque las personas pueden cambiar de acuerdo a nuestra historia, lo que no cambia es el amor de niño que sentimos.
Nuestro Primer amor, fue un amor basado en la naturaleza de ser niño.
El niño disfruta de su viaje, el sabe que alguien lo cuida, que alguien es su proveedor, no se preocupa por lo que ha de comer o vestir, o por las cuentas que va a pagar. No se preocupa por los problemas, por que sabe que alguien siempre le va a ayudar a resolverlo.
No se preocupa por las caídas, porque sabe que papá está cerca, no le teme a la noche, porque papá o mamá vendrán al primer llamado que le hagamos. Cuando el niño enferma no vive preocupado por la hora que tiene que tomar la medicina, ya que papá o mamá sabe justamente la dosis y la hora de suministrar el mismo.
Por eso nunca nuestra madurez debe afectar nuestro corazón de niño.
LA AUSENCIA DEL CORAZÓN DE NIÑO
Hoy en día, las congregaciones están llenas de Teólogos, Pastores, Maestros, profetas, evangelistas, Apóstoles y miembros con ausencia del corazón de niño.
Viven preocupado por todo, viven en depresión por falta de provisión, por falta de trabajo. Viven en angustia en medio de la enfermedad, caminan con mucho conocimiento, pero en el momento de la crisis se derrumban, en lugar de creer que Papá está en casa, a tal punto que lo asegura haciendo que Cristo viva en nosotros.
¿Por qué desear una congregación de Niños?
El campamento de verano me hizo experimentar lo que Jesús le dijo a sus discípulos. Siempre se habla de ellos como la generación del futuro, otros usan estos eventos para que a través de sus hijos los padres lleguen(Anzuelo), nosotros lo vimos como una oportunidad de edificar a esa actual generación de cambio.
¿Que aprendí?
- Lo primero que aprendí fue que los niños no cargan con un reloj. A ellos no les importa el tiempo, caminan con fe y con un oído presto a la señal que ofrece el sonido del cambio. Esto les permitía disfrutar en lugar de preocuparse pasarse de la hora. 5 días y cuatro horas diarias, en total 20 horas disfrutando las actividades.
Hoy en día las personas que asisten a una reunión andan con el reloj en mano, solo se reúnen dos horas en un culto y ya están desesperados por irse. Otros ni llegan a la reunión por que las preocupaciones y compromisos los limitan.
Estos niños disfrutaron el tiempo sin importarles el reloj. ¿Te puedes imaginar pastorear o dirigir una congregación que camine sin reloj(Chronos) pero que opere en el Tiempo de Dios(Kairos)?
- Lo segundo que observé fue el ánimo que tenían. Los niños no se cansan, y ¿por qué los creyentes lo hacen? No tienen corazón de niños. En cada canción, estos niños aplaudían con gozo, saltaban de alegría, corrían en el mismo sitio, bailaban, hacían coreografías improvisadas, y todas con gozo y alegría.
Hoy en día en muchas congregaciones parecen más un velorio que una celebración. Los músicos adorando y gran parte sentados, aborrecidos, enojados, sin expresión en sus rostros. Se les dice brinquen de gozo y nadie hace nada, un grito de júbilo y so dos lo hacen. No hablo de manipulación sino de que, si somos como niños, en todos los lugares podemos manifestar diversas maneras de expresar la adoración. ¿O Acaso el Mundial de Fútbol puede arrancarte más expresiones que el sacrifico consumado de Cristo en la Cruz?
¿Imagina una congregación donde haya una expresión de gozo y alegría natural no manipulada?
- Lo tercero fue que los niños se dejaban guiar. Estos chicos seguían instrucciones, no importando su edad, condición o sexo, en la manera que podían seguían instrucciones, pedían permiso y hacían lo que se les enviaba a hacer.
Hoy muchas congregaciones están llenas de personas que no siguen instrucciones de sus líderes, es como si intencionalmente hicieran todo lo opuesto.
- Lo cuarto que aprendí es que no tienen miedo a equivocarse
Mientras se realizaban las coreografías del Campamento veía algunos niños que dominaban los bailes, pero otros no. El día del cierre del Campamento, todos lo hicieron, lo hicieran bien o no. No se dejaron intimidar por el conocimiento o las habilidades de otros. Ellos dieron su 100% aun cuando no se pareciera al 100% del otro.
Los adultos se pasan comparándose, la mayor parte de los miedos vienen a causa de creer que otros lo hacen mejor que ellos. Necesitamos congregaciones que no tengan temor de expresar sus talentos y que dejen de compararse los unos con los otros.
- Lo quinto los niños disfrutan de la libertad
Ellos brincaron, saltaron, bailaron, gritaron y jugaron sin temor. Lo hicieron en libertad. No les importaba quienes estuvieran, sino basados en la realidad de ser libres.
Al final del Campamento en la libertad que tenían, estos niños comenzaron a brincar, saltar y bailar con sus padres. No había vergüenza, sino que disfrutaban la libertad de poder brincar junto a sus padres.
Necesitamos congregaciones cuyos miembros no se avergüencen de brincar junto al Padre. ¡Al contrario, que disfrutemos de la libertad de expresión que tenemos en Cristo!
Esta experiencia me hizo meditar mucho, creo que debemos volver al Primer Amor, a la sencillez de las cosas, a disfrutar la Vida en Cristo y en libertad, a ser niños.
Este escrito no es una queja ante la congregación que pastoreo sino un llamado a los creyentes a volver a ser como niños.
Debemos ser maduros en Cristo, pero con corazones de niños.
Pastor Alex Strubbe
Centro Cristiano Redes Ebenezer
787-315-6422
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